- Oye Helen - habló Elisabeth una vez había dejado de jugar - ¿Tú has recogido la ropa que hay tendida de la azotea? Porque creo que va a llover.
- No... Ayer entre unas cosas y otras se me olvidó. Cuando termine de jugar lo hago. - dijo ella sin levantar la vista de sus cartas.
- No te preocupes, voy yo que he terminado de jugar.
- Espera Beth, yo también he terminado. Te acompaño.
- Suerte con la partida. - dijo la chica rubia antes de salir del apartamento con un cesto de plástico entre los brazos y Niall tras ella.
- Apuesto lo que sea a que gana Louis. - dijo el irlandés mientras pulsaba el botón para que el ascensor llegase a ese piso.
- ¿Tú crees? Helen también es muy buena. Yo apuesto que gana ella.
- Si gana Helen ganas la apuesta, y si gana Louis, gano yo.
- Acepto, ¿Qué nos vamos a apostar? - preguntó la chica mientras los dos amigos estrechaban las manos.
- Ya veremos. Digamos que no es algo material. Un favor. Quien pierda, le debe un favor al otro.
- Está bien. - dijo ella sonriente.
Salieron del ascensor para más tarde subir seis peldaños y encontrarse con la puerta que daba a la azotea. Una puerta metálica y pesada, cubierta de pintura plateada que Elisabeth consiguió abrir con bastante dificultad.
- Vaya... Esto es... Increíble. - dijo él mientras se asomaba a la barandilla que protegía a cualquier persona de una caída desde un décimo quinto piso.
- Sí. Tiene una vistas impresionantes para ser un simple edificio del centro de Londres. - decía ella mientras agarraba un pantalón que había colgado en una cuerda.
Entre los dos consiguieron terminar justo a tiempo. Mientras Niall dejaba la última camiseta en el cesto, una gota de agua caía sobre su nuca.
- ¿Está empezando a llover? - dijo mirando al cielo encapotado.
Elisabeth asintió al ver caer con más rapidez las gotas sobre la palma de su mano, que mantenía extendida.
- Si no nos vamos, te resfriarás, y lo último que quiero es que enfermes por mi culpa y falles a millones de fans.
- No te preocupes tanto por mí. Tú también te resfriarás y no me gustaría que Helen me regañara, dicen que los italianos no tienen buen humor.
Aquello hizo que la chica estallara en carcajadas.
- Me encanta este sitio. Cuando llueve las vistas son más bonitas.
La lluvia no dejaba de caer sobre sus ropas pero parecían no inmutarse. Contemplaban la ciudad en la que ambos vivían pero de la que ninguno provenía.
- Vamos a bajar, anda. - dijo Elisabeth mirando fijamente a los ojos azules de su acompañante.
- Sí, vamos.
De nuevo, hicieron el camino que antes habían realizado para subir a aquel maravilloso lugar. Entraron en el apartamento donde todos recogían el salón.
- ¿Quién ha ganado? - preguntó Niall guiñándole un ojo a su amiga.
- Louis. - respondió Harry.
- Me debes un favor. - se limitó a decir sonriente.
- No seas demasiado exigente. - respondió ella tras devolverle el guiño.
Elisabeth se dirigió al dormitorio donde dejó el cesto de plástico mientras Niall se acercaba a una de las fotos que había colgada en la pared.
- ¿Te puedo preguntar quién esta niña tan graciosa? - dijo él señalando la foto ya nombrada en la que aparecía una niña de unos dos años vestida con un traje de gitana bajo un hilo de luces y banderitas, en medio de un césped con mucha gente pasando a sus espaldas.
Elisabeth se acercó y, al ver la foto que su amigo señalaba no pudo evitar sonrojarse.
- Es Helen. - mintió.
- ¿De verdad? Juraría que es española. Se parece mucho a una que conozco yo. - dijo en tono de burla.
- Vale, sí, soy yo... Pero Helen me obligó a colgarla.
- ¡Te he oído y es mentira! - gritó ésta desde el salón.
Elisabeth, sonrojada iba a replicar, cuando Liam irrumpió en la estancia con media sonrisa.
- No quiero interrumpir.
- Tranquilo, no te interrumpes. - le calmó la chica con una gran sonrisa.
- Eleanor ha llamado a Lou, dice que va a venir con las chicas al ensayo. ¿A ti te importa?
- En absoluto. - dijo ella.
- También ha llamado Paul - dijo esta vez dirigiéndose a Niall - dice que ha mandado a Alfred a por nosotros. Estará aquí en media hora.
- Está bien. - respondió él.
- Tengo una pregunta. ¿Cómo vamos a caber todos en un coche?
- Alfred traerá una furgoneta. - respondió el chico castaño justo antes de salir de la habitación seguido de Niall y Elisabeth.
- No seas demasiado exigente. - respondió ella tras devolverle el guiño.
Elisabeth se dirigió al dormitorio donde dejó el cesto de plástico mientras Niall se acercaba a una de las fotos que había colgada en la pared.
- ¿Te puedo preguntar quién esta niña tan graciosa? - dijo él señalando la foto ya nombrada en la que aparecía una niña de unos dos años vestida con un traje de gitana bajo un hilo de luces y banderitas, en medio de un césped con mucha gente pasando a sus espaldas.
Elisabeth se acercó y, al ver la foto que su amigo señalaba no pudo evitar sonrojarse.
- Es Helen. - mintió.
- ¿De verdad? Juraría que es española. Se parece mucho a una que conozco yo. - dijo en tono de burla.
- Vale, sí, soy yo... Pero Helen me obligó a colgarla.
- ¡Te he oído y es mentira! - gritó ésta desde el salón.
Elisabeth, sonrojada iba a replicar, cuando Liam irrumpió en la estancia con media sonrisa.
- No quiero interrumpir.
- Tranquilo, no te interrumpes. - le calmó la chica con una gran sonrisa.
- Eleanor ha llamado a Lou, dice que va a venir con las chicas al ensayo. ¿A ti te importa?
- En absoluto. - dijo ella.
- También ha llamado Paul - dijo esta vez dirigiéndose a Niall - dice que ha mandado a Alfred a por nosotros. Estará aquí en media hora.
- Está bien. - respondió él.
- Tengo una pregunta. ¿Cómo vamos a caber todos en un coche?
- Alfred traerá una furgoneta. - respondió el chico castaño justo antes de salir de la habitación seguido de Niall y Elisabeth.