domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 31.

HOLA PEQUEÑOS Y CASI INEXISTENTES LECTORES. Vale, a ver, ya he solucionado lo del Tuenti, soy Elena Simply Love Again o Elena Simply Again, no sé como os  saldrá. Si estáis leyendo esto y no podéis mandarme la petición, podéis dejarme vuestro twitter/tuenti en un comentario y yo me encargo de agregaros/seguiros a todos y ya, si queréis que os avise cuando publique, me lo decís también. Es mucho más preferible el twitter, pero como me digáis. Si me dais vuestro tuenti, dejad detalles como la ubicación que tengáis puesta y esas cosas. Por favor, no me ignoréis, ES MUY IMPORTANTE. Mi twitter es: @1d_1dream1band. Y ya os dejo aquí con el capítulo, os quiero.

De nuevo la chica rubia estaba en la habitación. Esta vez, se encontraba revisando todos esos extraños cables que estaban conectados a Elisabeth. Ésta la miraba, pidiendo una explicación con sus ojos, a lo que ella sólo respondía con sonrisas.
- ¿Cómo está? - se atrevió a preguntar su madre cuando su hija abrió la boca, preparada para soltar algún comentario respecto al silencio de la enfermera.
- Todo en ella está un  poco magullado, sobre todo las costillas. También se debió de dar un buen golpe en la cabeza porque casi se fractura el cráneo. Me veo obligada a resaltar el detalle de la gran falta de vitaminas y las bajas defensas que tiene. ¿Su hija tiene problemas con la comida?
Al instante Elisabeth se puso tensa. No tenía ningún problema. Sólo había sido una... dieta.Un poco radical, pero una dieta, al fin y al cabo. Además todo aquello no era culpa suya. Todo habría estado genial de no haber sido por su padre y su manía de creerse todo lo que decían en las revistas. Por haberla traído a España y encima obligarla a estar con Lucas.
Clara no contestó y su padre la observaba con el semblante serio.
- ¿Me permiten hablar con su hija a solas? - preguntó la chica rubia sin perder la sonrisa.
Los padres asintieron y manteniendo el silencio, salieron de la habitación. Elisabeth esperó con paciencia, intentando encogerse lo máximo posible entre las sábanas de aquella fría cama de hospital. Sintió como la enfermera se sentaba a su lado, con las piernas cruzadas cual indio, haciéndola rejuvenecer unos años.
- Escucha Elisabeth, hay muchas maneras de perder peso y te puedo decir por propia experiencia, que esta no es la adecuada. Estás a tiempo de pararlo porque por lo que he visto, tu "problema" -dijo con una sonrisa triste mientras hacía el gesto de las comillas- no está muy avanzado, y podemos pararlo. ¿Has tenido algún problema con tu pareja?
Ese era el último tema que quería tratar. Abrió la boca para soltar un comentario grosero cuando algo se trastocó en su cabeza. Algo la calló. Una imagen pasó ante sus ojos. Un recuerdo. En ese mismo lugar, pero con una cara conocida ante sus ojos. Su estómago se encogió. Sus ojos recorrieron cada centímetro de la habitación. Y, de repente, se sintió tan humillada como estúpida. ¿Qué estaba haciendo? No sólo había tenido al chico del que, si no lo había hecho ya, se estaba enamorando delante de sus narices, esperando una explicación por su comportamiento, sino que también había estado a punto de ser violada. Se sintió como una cobarde que solo era capaz de culpar a los demás por sus actos. ¿Era eso lo que quería? ¿Decepcionar a la persona que la había hecho valorarse? Desde que se había alejado de Niall se había sentido vacía y... Quizás un poco presionada, también.
- No tengo pareja. -dijo intentando esconder su remordimiento.
La chica rubia inclinó la cabeza mientras arrugaba su nariz con su sonrisa coqueta. No era tonta, estaba claro.
- ¿Y ese chico rubio tan guapo que vino hace unos días? Mira -fue sacado un papel blanco un poco arrugado conforme iba hablando-, me dejó una cosa para ti. Te la daré, pero antes, quiero que sepas que, si me cuentas lo que está pasando por tu cabecita, podremos ser amigas, si no, tendré que llevarte al psicólogo del hospital y, no es demasiado agradable. Les diré a tus padres que estás dormida para que puedas ver con tranquilidad el sobre.
Sin despegarse de su, al parecer, eterna sonrisa, salió y cerró la puerta dejándola a solas con el sobre. Lo cogió como si de un monstruo se tratara y observó la letra curvada y claramente de zurdo, de Niall. En su cabeza se organizaba una verdadera batalla entre las dos opciones que tenía al ver la carta doblada que contenía el sobre: no leerla y volverse completamente ajena a toda su vida en Londres y a su amor, probablemente no correspondido, o abrirla y averiguar lo que la persona que había provocado el ritmo frenético de los latidos de su corazón, quería decirle.
No tenía valor en absoluto. No había tenido valor de quedarse en Inglaterra, de buscarse un trabajo en España, de acarrear con todo lo que había causado con sus actos. La culpabilidad era demasiado pesada en su interior. Le había dado más problemas a sus padres que su hermano pequeño y eso no era justo. Así, con la carta en la mano y en el silencio de la habitación se hizo una promesa a sí misma, una promesa que iba a cambiarlo todo de nuevo. Guardó el papel de nuevo en el sobre y decidió que la leería cuando no se comportara como una cría.

***

- Niall, por favor, espabila un poco. Tu vas ahí, cuando termina el estribillo te vas hacia la izquierda con Louis.
- ¿Podemos hacer un descanso de cinco minutos?
El coreografo suspiró y asintió lentamente mientras se alejaba un poco. No estaba acostumbrado a que alguno de los chicos tuviera un mal día, y menos Niall, que era el despreocupado, que era la alegría de la huerta como más de una vez había afirmado Harry. Sus cuatro mejores amigos se acercaron a él mientras se sentaba en el suelo. Louis fue el primero en arrastrarse a su lado y ponerle una mano en el hombro. Mas tarde, los cinco se encontraban en circulo esperando a que alguien dijera algo.
- Tíos, no lo entiendo. No, no entiendo nada. Yo... pf.
Sus manos frotaban su cabeza revolviendo el cabello rubio con agobio una y otra vez. Un suspiro salió de entre sus labios y los cuatro compañeros se miraron entre sí decidiendo quién de ellos debía decir lo que era evidente ante sus ojos. En la cabeza del irlandés todo parecía descomponerse. Todas sus ideas y todo lo que pensaba que estaba yendo relativamente bien, se estaban deshilachando. Todo había cambiado y él no entendía lo que había hecho mal. Bueno, sí lo entendía. Debería haberse alejado en cuanto supo que el padre de Beth se la quería llevar a España por su culpa.O quizás debería haber desmentido el rumor. O mejor, debería no haberse hecho ilusiones.
- Hey, Niall, no pasa nada, sólo estás...- Zayn dejó la frase en el aire durante unos segundos.
- Enamorado. - completó Liam.
Los ojos del interpelado se abrieron como platos dejando ver sus dos grandes y preciosos océanos. ¿Enamorado? ¿Él? ¿De Elisabeth? No. No, no, no y no. Enamorado... Ja, ja. ¿Estaban locos?¿Cómo iba a enamorarse? Además, se había vuelto una caprichosa, había cambiado. Puede que le gustara la Beth de antes, pero esa chica ya no existía para él. Le había decepcionado de la manera más dura posible. Si hubo una pizca de amor en su corazón hacia ella, había desaparecido. Ya no estaba la pequeña tímida cuyo rostro no identificaba cuando la vio por primera vez en el autobús.
- Yo no estoy enamorado de esa... desconocida. Ha cambiado, estuvieron a punto violarla ¿vale? Esa no es mi amiga, esa no es nadie en mi vida.
Unas palmadas interrumpieron la conversación dando por terminado el descanso de cinco minutos. Todos se pusieron en pie y se fueron separando de nuevo, sin embargo Niall seguía contemplando el grisáceo suelo que había a sus pies. Liam se agachó y apoyó su brazo en el hombro de su amigo.
- Si ella está mal, no necesita que tú se lo eches en cara. Necesita que le recuerdes que sigues ahí, pase lo que pase. No te engañes, hermano.

lunes, 9 de diciembre de 2013

AVISO MUY MUY IMPORTANTE.

Hola queridos lectores, lo siento muchísimo, de verdad. Me he cambiado de instituto y la verdad me está costando mucho adaptarme así que ya no tengo tanto tiempo para escribir como tenía antes. Mi novela ha cumplido un año y yo no he hecho nada para conmemorarlo así que, cuando empiecen las vacaciones, os prometo un maratón o un capítulo extra-largo. La verdad es que los 0 comentarios en el último capítulo no ayudaron nada, pues consideré que era uno de los capítulos mejores escritos de toda la novela y además EL REENCUENTRO DE NIALL Y ELISABETH. Pensé que os gustaría ese capítulo. Pero no os preocupéis que volveré pronto con novedades. Además querría deciros algo importante.
ME HAN QUITADO EL TUENTI Y YA NO SOY ELENA SIMPLY LOVE. A algunas lectoras les mandé una petición y no me reconocieron así que no la aceptaron, he decidido hacerme uno distinto al que tenía ahora provisional, me llamaré Elena Simply Again pero aún no está creado. El actual es Colorida Wherever I Am. Por favor, necesito que deis señales, estoy intentando que mi novela vuelva a tener lectoras e incluso me he hecho un Twitter específico: @1DYoungWriters y @1d_1dream1band.
Os quiero mucho y siempre os agradeceré que me leáis. Es lo más importante para mí, que os sintáis a gusto siendo lectoras.