Elisabeth pudo notar como su cara entera enrojecía y Niall también lo notó.
- Es que... Me he levantado hace una hora y...
- Vamos Beth, no me tienes que dar explicaciones ni avergonzarte. Somos amigos. - dijo propinándole un beso en la mejilla.- ¿Podemos pasar?
Entonces la chica asomó la cabeza por detrás de su invitado y pudo ver cuatro rostros sonrientes a la espera de su respuesta.
- Mmm... sí. Pasad a la cocina y ahora vamos nosotras.
Tras decir aquello, entró rápidamente al salón en el que su amiga terminaba de recoger las cartas y todo lo que estaba fuera de su lugar.
- Vamos a cambiarnos rápido que han venido Zayn, Louis, Liam, Harry y Niall.
- ¡¿Qué?! - preguntó atónita mientras corría hacia ella.
- Que han venido Za...
- Ya te he oído. ¡Corre vamos a cambiarnos! - dijo la italiana agarrándola de la muñeca para más tarde arrastrarla hasta la habitación.
Los chicos reían en la cocina al escuchar la conversación.
Tras apenas cinco minutos de espera, las dos amigas salieron vestidas y aseadas.
- Hola chicos. ¿Queréis algo de beber o de comer? - dijo Helen.
- No, gracias. - habló Niall.
Las miradas asombradas de los chicos se posaron sobre él, que se encogió de hombros sonriente.
- Bueno pues entonces vamos al salón y me explicáis que hacéis aquí. - respondió esta vez Elisabeth.
Y así hicieron. Todos se dirigieron al salón y se repartieron en los dos sofás que había. Helen, que estaba sentada junto a Liam preguntó:
- ¿Os quedáis a comer?
- Tampoco queremos molestar... - dijo el chico del pelo castaño.
- No molestáis. - dijeron las compañeras al unísono.
- Además - continuó Elisabeth con una sonrisa mientras se dirigía a la cocina - estaba a punto de hacer tortilla de patatas.
- Bueno nos quedamos si vosotras nos acompañáis al concierto de esta noche. - habló Zayn.
- Es que... no... no... sé... - tartamudeó la chica de larguísimo cabello castaño y ojos color miel.
- Por favor... A nuestro Niall le hace ilusión. - suplicó Harry poniéndo muecas.
- Bueno... está bien...
Todos los chicos sonrieron satisfechos, lo que hizo sonreír a ella también. Entonces se fijó preocupada en la mano de Niall que seguía vendada.
- Está perfectamente, no te preocupes. - dijo éste al notar su mirada.
- Está bien. Bueno esperad aquí mientras pongo la mesa.
- No, no. Tú quédate aquí y nosotros ponemos la mesa. - dijo Liam mientras la agarraba suavemente del brazo con dulzura.
Acto seguido todos los chicos se levantaron de su sitio y se dirigieron hacia la cocina para ayudar a Elisabeth excepto Niall, que se sentó junto a Helen en el otro sofá.
- ¿Qué ha ocurrido?
- ¿Qué? No ha ocurrido nada.
- Beth me ha dicho que estabas deprimida y que no querías ir a nuestro concierto. ¿Por qué estás deprimida?
Helen bajó la mirada y pensó en el día anterior. En Charlie. Automáticamente se llenaron los ojos de lágrimas. Lágrimas que quiso ocultar ante aquel chico que la miraba con preocupación. Niall pasó su brazo alrededor de sus hombros y la atrajo hacia él dándole así un tierno abrazo.
Una extraña sensación invadió a la chica. Apenas le conocía y ella tampoco le conocía a él, sin embargo allí estaba Niall abrazándola como a una amiga.
Iba a explicarle el motivo de su depresión cuando el teléfono de su compañera comenzó a sonar al lado suya. Vio que el prefijo telefónico era de España así que supuso que era la familia de Elisabeth. Ésta entró a paso rápido en el salón, agarró el teléfono y descolgó.
- ¿Si? ¡Hola Papá! ... Espera cálmate... ¿Qué? No no... Papá deja que me explique... Que yo no estoy saliendo con él... ¡Papá! ¡Deja de gritarme! - la conversación en español transcurría cada vez en tonos de voz más altos. - ¡Que yo no tengo novio! ¡Estoy estudiando como prometí!... Me está enseñando a tocar la guitarra... Por favor Papá...
Los ojos de Elisabeth se estaban llenando de lágrimas, así que se dirigió a su dormitorio para hablar con más tranquilidad con su padre.
Los chicos ya habían terminado de poner la mesa y habían servido la comida en los platos. Estaban sentados en el salón hablando, evitando así escuchar los gritos de la chica en su habitación. Esperando a que ella terminara de hablar. Hasta que por fin salió de la habitación con el teléfono hecho añicos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Helen con miedo.
- Mi padre ha visto una revista en la que salgo con Niall que dice que es posible que estemos juntos. Al leerlo se lo ha creído y me ha dicho que si estoy desperdiciando el tiempo con chicos famosos que se tiran a cualquier chica, que vuelvo a España. - explicó mientras todos se servían un poco de comida en sus platos.
Niall la miraba con aire de culpabilidad.
- Tranquilo, ha dicho que como vuelva a ver una revista de esas que me obliga a volver, pero mientras tanto puedo seguir aquí. Sólo debo tener cuidado con la prensa.
- ¿Y qué le ha ocurrido al teléfono? - preguntó Louis.
- Normalmente soy tranquila, pero mi padre me ha sacado de quicio y cuando he colgado, he tirado el teléfono a la pared sin querer. - explicó ella tras una pequeña risa.
- Entonces eres como Liam, nunca te enfadas pero cuando lo haces,lo haces bien. - respondió el mayor provocando la risa de todos los presentes.
- Está bien. Bueno esperad aquí mientras pongo la mesa.
- No, no. Tú quédate aquí y nosotros ponemos la mesa. - dijo Liam mientras la agarraba suavemente del brazo con dulzura.
Acto seguido todos los chicos se levantaron de su sitio y se dirigieron hacia la cocina para ayudar a Elisabeth excepto Niall, que se sentó junto a Helen en el otro sofá.
- ¿Qué ha ocurrido?
- ¿Qué? No ha ocurrido nada.
- Beth me ha dicho que estabas deprimida y que no querías ir a nuestro concierto. ¿Por qué estás deprimida?
Helen bajó la mirada y pensó en el día anterior. En Charlie. Automáticamente se llenaron los ojos de lágrimas. Lágrimas que quiso ocultar ante aquel chico que la miraba con preocupación. Niall pasó su brazo alrededor de sus hombros y la atrajo hacia él dándole así un tierno abrazo.
Una extraña sensación invadió a la chica. Apenas le conocía y ella tampoco le conocía a él, sin embargo allí estaba Niall abrazándola como a una amiga.
Iba a explicarle el motivo de su depresión cuando el teléfono de su compañera comenzó a sonar al lado suya. Vio que el prefijo telefónico era de España así que supuso que era la familia de Elisabeth. Ésta entró a paso rápido en el salón, agarró el teléfono y descolgó.
- ¿Si? ¡Hola Papá! ... Espera cálmate... ¿Qué? No no... Papá deja que me explique... Que yo no estoy saliendo con él... ¡Papá! ¡Deja de gritarme! - la conversación en español transcurría cada vez en tonos de voz más altos. - ¡Que yo no tengo novio! ¡Estoy estudiando como prometí!... Me está enseñando a tocar la guitarra... Por favor Papá...
Los ojos de Elisabeth se estaban llenando de lágrimas, así que se dirigió a su dormitorio para hablar con más tranquilidad con su padre.
Los chicos ya habían terminado de poner la mesa y habían servido la comida en los platos. Estaban sentados en el salón hablando, evitando así escuchar los gritos de la chica en su habitación. Esperando a que ella terminara de hablar. Hasta que por fin salió de la habitación con el teléfono hecho añicos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Helen con miedo.
- Mi padre ha visto una revista en la que salgo con Niall que dice que es posible que estemos juntos. Al leerlo se lo ha creído y me ha dicho que si estoy desperdiciando el tiempo con chicos famosos que se tiran a cualquier chica, que vuelvo a España. - explicó mientras todos se servían un poco de comida en sus platos.
Niall la miraba con aire de culpabilidad.
- Tranquilo, ha dicho que como vuelva a ver una revista de esas que me obliga a volver, pero mientras tanto puedo seguir aquí. Sólo debo tener cuidado con la prensa.
- ¿Y qué le ha ocurrido al teléfono? - preguntó Louis.
- Normalmente soy tranquila, pero mi padre me ha sacado de quicio y cuando he colgado, he tirado el teléfono a la pared sin querer. - explicó ella tras una pequeña risa.
- Entonces eres como Liam, nunca te enfadas pero cuando lo haces,lo haces bien. - respondió el mayor provocando la risa de todos los presentes.
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