domingo, 11 de noviembre de 2012

Capítulo 3.

- Está bien... Pero perderé mi clase de español...
- Oh... ¿Estudias español?
- Bueno... Es que soy de madre española y nací allí pero mientras mis padres viven allí, yo estudio aquí. Y para no perder el idioma, pues voy a la academia.
El chico parecía interesado.
- Yo sé un poco de español.
- ¿En serio? - ella parecía sorprendida. - Tienes acento irlandés.
- Soy irlandés. Me llamo Niall. Niall Horan.
- Elisabeth. Elisabeth Black.
Ambos sonrieron y continuaron caminando por las calles en silencio. Hasta que un gran grupo de chicas empezaron a gritar, repitiendo la escena que la chica había podido contemplar desde la cafetería.
- ¡Niall! ¡Por favor firmame un autógrafo! - las chicas le gritaban como si estuviera a kilómetros de distancia cuando estaba a menos de un metro.
El chico le dirigió una mirada de disculpa a su acompañante, quien aún seguía confundida y firmó en la libreta que aquella admiradora sujetaba con histeria. Iban a seguir paseando cuando se dieron cuenta de que una masa de chicas gritando les perseguían.
Niall agarró del brazo a Elisabeth y tiró de ella hasta meterla en un oscuro callejón.
- Elisabeth... Tú no sabes quien soy ¿Verdad? - preguntó él entre jadeos.
Ella se limitó a negar con la cabeza.
- Soy uno de los cinco componentes de la banda británico-irlandesa; One Direction.
Se le heló la sangre. Había escuchado a todas sus amigas españolas hablar de ellos. Había escuchado sus canciones por la radio pero nunca imaginó que conocería a uno de ellos y mucho menos, que se dedicaría a observarlo durante largos minutos en el autobús cada día.
¿Ahora que decía? No sabía como reaccionar.
Niall rió ante su reacción.
- Creo que ya se han ido. - dijo mientra se asomaba disimuladamente a la calle. - Vamos.
Juntos y con más confianza que antes se dirigieron al piso de aquel joven irlandés. Hasta que un coche negro se paró a la altura de ellos con los cristales tintados. La ventanilla del piloto se bajó dejando ver un rostro tranquilo y alegre. Un chico joven de pelo castaño y muy corto, con una sonrisa perfecta y unos ojos grandes y marrones habló:
- ¿Necesitáis un transporte?
Elisabeth se quedó un poco parada. No sabía si hablaba con ella también. Miró a Niall, quien sonreía amablemente.
- Si quieres, Liam nos puede llevar a mi piso. Se nos ha quedado un poco lejos después de tener que salir corriendo. - dijo hablando en un tono de voz no demasiado alto.
- Cl-claro. A mi no me impor-importa.
Él rió leventmente y se dirigió a Liam.
- ¿Nos llevas a mi piso?
- Claro. Subid. - dijo el chico sonriente.
Elisabeth y Niall subieron a la parte de atrás del coche.
- Liam, esta es Elisabeth. Elisabeth este es Liam.
- Hola. - dijeron ambos al unísono.
Ella se sonrojó mientras que él reía.
- Bueno Elisabeth...
- Beth. Llamadme Beth. Odio cuando me llaman por mi nombre completo.
- Bueno pues Beth - continuó Liam. - ¿Eres tú la misteriosa chica que se dejó el teléfono móvil en el autobús?
De nuevo se sonrojó.
- S-sí... Soy yo...
Los dos chicos que la acompañaban se rieron. Al parecer les hacía gracia que se pusiera nerviosa.
- Bueno bajad. Que ya hemos llegado.
Los dos pasajeros que iban en los asientos traseros salieron del coche. Entraron en el portal y subieron por el ascensor. Última planta. Salieron y se dirigieron al ático de la derecha. Niall abrió la puerta y dejo que Elisabeth entrase en primer lugar. Ésta pudo contemplar un salón enorme decorado con mucha originalidad. Una terraza y las escaleras de caracol que supuso que llevarían al piso de arriba.
- ¿Te gusta? - preguntó él.
- Sí. Es muy bonito.
- Vente a la cocina y preparamos el café o lo que quieras tomar.

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