- Vale. - dijo Helen sonriente.
Tras observar como los chicos avanzaban por un largo pasillo de paredes azul añil y puertas blancas, siguieron en la dirección que Harry había señalado y se sentaron en unas de las sillas que había colocadas en fila frente al escenario.
- Te veo feliz. - dijo Elisabeth tras colocarse todo su largo pelo a un lado de su cuello.
Su amiga, la miró fijamente a aquellos enormes ojos verdes tan intensos. Esa chica que compartía piso con ella desde que hacía un año, a la que conocía desde que eran pequeñas la había ayudado mucho, quizá demasiado.
Los recuerdos inundaron su mente.
Aún no se creían que sus padres hubieran decidido que compartiesen un piso con tan sólo quince años. ¿Acaso eso era legal? ¿Tan responsables las veían como para dejarlas vivir solas en un país extranjero para ambas? Las dos se conocían desde pequeñas, pues su situación era realmente similar. Habían nacido en lugares diferentes pero más tarde se habían mudado a Londres, donde sus padres se conocieron. Pasaban suficiente tiempo juntas como para forjar una amistad. Incluso Elisabeth cambió de instituto para ir al mismo que su amiga. Hasta que los padres de Helen anunciaron que debían volver a Italia por motivos familiares. La familia Black acogió a la niña en casa y aquella amistad se convirtió en algo más que eso. Se sentían demasiado cercanas. Una complementaba a la otra. Tras años y años viviendo bajo el mismo techo, los padres de Elisabeth recibieron una llamada de su oficina diciendo que el traslado del Señor Black a España sería inminente, así que tras hablar con los padres de Helen, llegaron al acuerdo de pagarles un piso en el centro de Londres a nombre de la abuela de Elisabeth por parte de padre que aún vive a unas calles de ellas, quien pasaría por el piso para cuidarlas lo máximo posible, pensando así, que sería una gran oportunidad para que sus hijas madurasen. La felicidad las inundaba por completo. Nunca creyeron que fuesen a conseguir sobrellevar la situación con responsabilidad, sin embargo, tras meses y meses, las visitas de la anciana disminuyeron y ellas consiguieron centrarse y repartirse las tareas del hogar.
- Estoy feliz. Gracias por todo Beth. Eres lo mejor de este mundo. No sé cómo me sigues soportando. - dijo mientras la abrazaba fuertemente.
- Oye yo también te quiero, pero me vas a ahogar como me sigas apretando. - dijo Elisabeth con una sonrisa.
- Prométeme que nunca me dejarás sola.
- Lo prometo. - dijo la chica española.
- Perdonad. ¿Nos podemos sentar aquí? -dijo una chica con el pelo teñido de morado. Sus ojos azules acompañados de una sonrisa esperaban una respuesta por parte de las dos amigas. Al igual que las dos chicas que sonreían tras ella
- Claro. - dijo Elisabeth.
- Espera. ¿Tú eres Perrie?¿Perrie Edwards?¿La novia de Zayn? Y supongo que vosotras seréis Eleanor y Danielle. - se giro hacia su amiga que la miraba asombrada - Son las novias de los chicos.
- Vaya, sí que estás informada. - dijo Eleanor sonriente. - ¿Vosotras sois Helen y Elisabeth?
Las nombradas asintieron con una cálida sonrisa.
- ¿Tú cómo sabes todo eso? Pensaba que no eras Directioner.
- Y no lo soy, pero si a mi mejor amiga le gusta uno de los componentes de One Direction tendré que informarme ¿no? - dijo mientras contemplaba como las tres chicas restantes colocaban las sillas en frente de ellas para poder hablar mejor.
- ¿Os importa que nos coloquemos así? - dijo Danielle dulcemente.
- Tranquila, no importa. - dijo la más habladora de las dos amigas.
- No quiero ser cotilla pero... ¿Has dicho que le gusta uno de los componentes de One Direction? ¿Quién?
- Nadie. No me gusta nadie. ¡Se lo ha inventado! - dijo Elisabeth completamente sonrojada.
- No es cierto, te gusta Niall. No mientas. - insistió Helen.
Las mejillas de Elisabeth enrojecían cada vez más. Hasta el punto en que tuvo que cubrírselas con las manos para esconderlo.
- ¡No me gusta! ¡Deja de decir tonterías! - todas reían menos ella que simplemente sonreía avergonzada.
- Está bien... No te gusta... Lo siento. - dijo mientras le propinaba un fuerte abrazo.
- ¿Qué edad tenéis? - preguntó Eleanor.
- Dieciséis. - respondieron ambas al unísono.
- Aparentáis más. - habló la rubia.
- Eso dijo Zayn...
- ¿Qué dije yo? - preguntó éste con un micrófono haciendo que su voz resonara por todos los rincones y que las chicas tuvieran que llevarse las manos a los oídos. - Lo siento. Ya veo que este micrófono funciona. - dijo sonriente mientras caminaba por la parte del escenario más próxima a las espectadoras.
- Bueno ¿Empezamos? - está vez habló Louis cuando todos los chicos se habían colocado en el escenario.
La música comenzó a sonar inundando la sala con su melódico sonido.
Aaaah es tan asdfghjkl! Joder si es que me encanta tu novela es -JODIDAMENTE PERFECTA- Siguelo, ¡Ya! No querraa seguir matandonos de la intriga, no? O si? Quien sabe...es fantastica cabecita tuya es la unica! Ame el capitulo este tanto como el resto! Besazos guapiiisima:)
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